martes, 28 de enero de 2014

Avance, Retroceso ... y vuelta a empezar (27 de enero de 2014)


Hace tiempo que no escribo.

El taller ha estado cerrado temporalmente porque E. ha estado pachucha. Lo sigue estando, pero ha sacado fuerzas para recomenzar.

El nombre de esta entrada hace referencia a una que escribí en diciembre ("Avance y retroceso") y no publiqué, cuando estaba en plena crisis de desgana. En ella exponía todos los trabajos que he realizado en el taller en estos años, a modo de retrospectiva, para llegar a la conclusión de que hasta el cuadro de las niñas había experimentado un avance, pero a partir de ahí he sufrido un retroceso. No la publiqué porque me di cuenta de que ese punto de vista tan pesimista se debía más a mi fatiga que a la realidad. En su lugar, y reconozco que como terapia, escribí y publiqué la entrada llamada "No es tener tiempo, es tener ganas". Me alegro de haberlo hecho. El día que muestre todos mis trabajos, lo haré como celebración, no como lamento.

Dicho esto, debo reconocer que hasta ahora NUNCA había abandonado un trabajo a medias. Y no lo abandoné por feo, sino porque no me apetecía. No me motivaba nada. Es éste:  
2013: inacabado


Llegados a este punto, sí quiero compartir la última parte de aquel post: 

[...] debo señalar que el cuadro del puente se queda parado, esperando "su" momento. 
Dejadme que os muestre lo que estamos haciendo ahora:


Cuadros Compartidos: Diciembre 2013

Estos dos cuadritos son, en realidad, un ejercicio de improvisación / colaboración / interferencia / influencia, que consiste en que Lunita y yo iniciamos un cuadro pero cada cierto tiempo E. nos manda intercambiarlos para continuar el cuadro del compañero. Y así , intercambiando y volviendo a intercambiar, sale lo que sale... bonito, colorido, original y muy muy abstracto.


El Aprendiz.




27 de enero de 2014
Mi compañera y yo seguimos compartiendo ejercicio. Nos gastamos bromas pensando en el nombre que daremos a los trabajos. Ya casi no recordamos de quien es cuál y E. nos indica que eso es señal de que el ejercicio funciona. Ambos son de los dos. 
Os muestro los avances:

Cuadro 1:

Cuadro 2:

¿Cuál os gusta más?
A mí me gusta más el Cuadro 2. Pero dada la naturaleza del ejercicio, eso puede cambiar de una semana para otra.

Lo curioso del caso es que si nos fijamos en el cuadro al natural se distinguen bastante bien los dos estilos. Los tipos de pincelada. 
Evidentemente, desde ahí no podéis apreciarlo, pero Lunita es metódica y paciente. Los esfumados son más graduales, más trabajados. 
Yo soy más..., cómo lo diría... impaciente, impulsivo. Improviso mezclando en el mismo lienzo, mancho y re-mancho.
Y esto es, creo yo, lo bonito de este trabajo. No es la estética del resultado sino cómo cada uno se ha ido adaptando a lo que ha pintado antes el compañero, tratando de dar continuidad y mantener cierta armonía. 

Con este ejercicio, E. ha conseguido que yo recupere una vez más las ganas de pintar. Lunita me pincha, me anima. Y yo me vuelvo a divertir. Y vuelvo a escribir de pintura.
¡Gracias a las dos!  


El Aprendiz.